Ya en el antiguo Egipto se usaba ampliamente el Ajenjo llamado por ellos “La Madre de todas las Hierbas”, como medicina para diversos males y como aditivo de la cerveza.
En Grecia, Hipocrátes elaboraba con Ajenjo y flores de Díctamo su famoso “Vino Hipocrático”, prescrito como medicina para diversas enfermedades. De los griegos viene precisamente el nombre del Ajenjo: “Apsinthion” que significa “No Bebible” y que da el nombre científico a esta poderosa planta medicinal: “Artemisia absinthium”.
Durante la edad media siguió consumiéndose el Vino de Hipócrates, pero además el Ajenjo comenzó a ser usado en cervezas como el “Purl” o “Wormwood Ales” inglesas y como tónico medicinal en distintas preparaciones. En la segunda mitad del siglo XVIII, las hermanas Henriod dan vida en Couvet, en Suiza a la forma de Absenta que hoy conocemos –destilado en alambiques de cobre-, en base a una tradición de varios siglos en la elaboración de tónicos medicinales basados en el Ajenjo. El machismo imperante en la época impidió dar el crédito a estas dos mujeres, por lo que el mito que permaneció fue el asociado al exiliado médico monarquista francés Pierre Ordinaire, quien no hizo más que difundir sus propiedades medicinales, pero no fue su creador. En 1797, el Mayor Dubied funda la primera Destilería de Absenta llamada “Dubied Père et Fils”, en Couvet Suiza, luego de comprar la receta a las hermanas Henriod a quienes pagó royalties por muchos años, como prueba esta antigua etiqueta que dice: “Extrait d’Absinthe Qualité Supérieure, de l’unique recette de M’elle Henriod de Couvet.”
En 1805, Dubied traslada la Destilería a Pontarlier, en Francia, donde su yerno Henri-Louis Pernod se hace cargo del negocio llamado ahora “Maison Pernod Fils”, pero conocido simplemente como “Pernod Fils”, que sería el Absenta más vendido de la historia y probablemente el de mayor calidad, por el cual todos los demás eran medidos.
En la década de 1840, el Absenta se hace popular entre las tropas francesas que luchaban en la guerra de colonización de Argelia, que lo usaban en la prevención de la disentería y como purificador de agua. De regreso en Francia, los solados continuaron con su afición al Absenta, ahora como bebida espirituosa, consumiéndose cada vez más en los bares y cafés de París, desde donde la burguesía lo adopta como destilado favorito.
A partir de la década de 1850, el Absenta acrecienta enormemente su popularidad entre escritores, poetas y pintores y en la “Bohemia Parisina”. El Absenta se convertiría en el destilado más popular de Francia, dando lugar a la costumbre de la “L’Heure Verte” o “Hora Verde”, entre las 17:00 y 19:00 hrs., donde los cafés de París se atiborraban de bebedores de Absenta.
En la década de 1840, el Absenta se hace popular entre las tropas francesas que luchaban en la guerra de colonización de Argelia, que lo usaban en la prevención de la disentería y como purificador de agua. De regreso en Francia, los solados continuaron con su afición al Absenta, ahora como bebida espirituosa, consumiéndose cada vez más en los bares y cafés de París, desde donde la burguesía lo adopta como destilado favorito.
En 1858 Èdouard Manet pinta “El Bebedor de Absenta”, que causa una revolución en las artes pictóricas de la época.

En 1863, la plaga de la Phylloxera llega a Europa, causando la destrucción de la mayoría de las viñas, provocando devastación en la industria del vino. El vino se hace escaso y excesivamente caro. Mientras tanto la producción de Absenta crece enormemente y la escases del vino abre las puertas del mercado para que el Absenta ocupe su lugar.